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Greener Pastures

2023 WINTER

Kokkiri Gongjang recicla juguetes y reparte alegría

Aunque jugar con juguetes es esencial para el desarrollo físico y emocional de los niños, a menudo los abandonan fácilmente cuando pierden su interés. A medida que aumenta la conciencia sobre los riesgos del uso y consumo del plástico, una necesidad cada vez más urgente obliga a reconsiderar el ciclo de vida de los juguetes de plástico, desde su compra y reparación hasta su desecho.
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Kokkiri Gongjang produce “arte chatarra” con formas de animales usando juguetes abandonados para concienciar de los peligros de los microplásticos. La obra se llama School of Salmon.
© Elephant Factory


Algunos padres a menudo sienten el impulso de comprar a sus hijos cualquier cosa que pidan. Pero al aumentar la contaminación ambiental y empeorar la crisis climática, el consumo de plástico preocupa más. Al igual que nuestro estilo de vida, lo que comemos, bebemos y vestimos, impacta en el medioambiente, los juguetes de nuestros hijos no son una excepción.



Juguetes a la basura

Hoy día, la mayoría de los juguetes infantiles son de plástico. Aunque la tendencia a usar materiales ecológicos para ciertos productos de consumo aumenta, por desgracia muchos juguetes viejos se clasifican como basura general. Pero además del plástico, a menudo contienen otros materiales como acero, caucho, alambres y tornillos, y por tanto deben incinerarse o eliminarse en vertederos. Irónicamente, si fueran totalmente de plástico podrían fundirse y reciclarse.

La imposibilidad de reciclar la mayoría de los juguetes es un problema grave, pero también lo son los contaminantes liberados durante el proceso de eliminación. En definitiva, la solución más sostenible es reducir el número de juguetes viejos intentando sacarles más partido. Kokkiri Gongjang, ubicada en Ulsan, al sureste de Corea, es una empresa muy comprometida con ampliar el ciclo de vida de los juguetes infantiles.

Los inicios
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Las donaciones a Kokkiri Gongjang se clasifican en juguetes reparables e irreparables. Los que se pueden reparar se distribuyen entre los niños desfavorecidos, y el resto se desmonta y se recolecta para obtener piezas de repuesto o se recicla.
© Elephant Factory

Los juguetes se tiran por diversas razones. A veces se rompen y otras los niños dejan de encontrarlos interesantes o entretenidos. En general, dejan de usarlos por algún tiempo antes de tirarlos y reemplazarlos por otros nuevos. Persuadir a los niños de volver a usar esos juguetes parece difícil, pero hallar quien repare los juguetes rotos puede ser igual de difícil o más. El fundador de Kokkiri Gongjang, Lee Chae-jin, conoce estos problemas de primera mano.

Cuando estaba al frente de una tienda de alquiler de juguetes, fue testigo de la facilidad con la que los juguetes se rompían y se tiraban. Mientras buscaba fabricantes o distribuidores para repararlos, descubrió que solo un 5% de los 600 fabricantes a los que preguntó lo hacían. Así, no era de extrañar que se tiraran tantos juguetes infantiles. Al sentir que era algo simplemente inaceptable, reunió a un grupo de expertos en arreglar objetos rotos. Este “Escuadrón de Reparación de Juguetes”, precursor de Kokkiri Gongjang, inicialmente iba a las guarderías para reparar juguetes rotos.

En agradecimiento, algunas de esas guarderías donaban juguetes que ellos distribuían entre otras más necesitadas, y poco a poco Kokkiri Gongjang se fue forjando una reputación como entidad centrada en el reciclaje e intercambio de juguetes. Cada año, las guarderías de Corea llaman a empresas para desinfectar sus instalaciones y los juguetes de los niños. A diferencia de las empresas comunes, el personal de Kokkiri Gongjang no solo desinfecta los juguetes, sino que repara los juguetes rotos que encuentra. Actualmente, recolectan más de diez mil juguetes al año. Si llegan al mismo número de niños sin recursos, serán preciosos regalos que aportarán diversión y enriquecimiento a sus vidas.

Reducir brechas con juguetes
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Empleados de Kokkiri Gongjang reparan juguetes rotos.
© Elephant Factory

Los niños suelen usar juguetes aptos para cada edad, y varían según su etapa de desarrollo. Aquellos de familias más acomodadas o los que van a guarderías con buena financiación pública, pueden disfrutar de una excelente variedad de juguetes, algo que no sucede en las de bajos ingresos, lamentablemente. Eso inspiró a Lee Chae-jin a ampliar los servicios voluntarios del Escuadrón de Reparación de Juguetes y a crear la empresa Kokkiri Gongjang. Ellos reparan y desinfectan un 70% de los juguetes que recogen antes de distribuirlos entre niños desfavorecidos, proceso que no solo beneficia al medio ambiente al reducir residuos plásticos, sino que también ayuda a promover las habilidades sensoriales de los niños, al permitirles jugar con más tipos de juguetes.

Cada mes, personas y entidades de todo el país donan entre 40 y 60 toneladas de juguetes a Kokkiri Gongjang. En ese recorrido, la iniciativa ha pasado de ser un pequeño grupo de voluntarios a una empresa social en toda regla, con sedes en Ulsan, Seúl, Incheon y la provincia de Gyeonggi. Ese viaje y ese crecimiento se han visto impulsados por una mayor conciencia sobre el aumento de juguetes desechados y su impacto medioambiental, así como por el compromiso de la empresa, cuyos valores sociales son disminuir residuos y ayudar a los niños desfavorecidos.

Una aventura con juguetes
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Proceso de ensamblaje del “co-bot”, un robot autónomo con inteligencia artificial hecho con plásticos reciclados. Incluye cierta codificación para estimular la imaginación de los niños.
© Elephant Factory

Los juguetes procesados en Kokkiri Gongjang pasan varias etapas de reciclaje. Primero, los voluntarios arreglan cuidadosamente los juguetes reparables, que luego donan a otras asociaciones para ampliar su ciclo de vida. Aquellos que no se pueden arreglar o que han perdido el color, se desmontan meticulosamente. Los componentes no plásticos, como cables, tornillos y altavoces, a veces sirven como repuestos para otros juguetes, mientras que los plásticos restantes se clasifican por color y material para reciclarse. La resina sintética, el polipropileno y el polietileno tienen diferentes puntos de fusión, pero tras fundirse pueden servir para fabricar productos totalmente nuevos.

Los plásticos de los juguetes tienen una toxicidad relativamente baja y su valor se multiplica por diez al separar sus piezas adecuadamente. Por eso Kokkiri Gongjang usa máquinas de clasificación y reciclaje hiperespectrales, que al mes generan unas 300 toneladas de plástico reciclado con una pureza del 95%. Ese material sirve para hacer artículos como macetas y llaveros que luego se distribuyen entre los niños. Kokkiri Gongjang también organiza eventos educativos donde grupos y familias pueden presenciar su proceso de reciclaje de circuito cerrado. Esa experiencia ayuda a los niños a entender que los juguetes que ya no usan no deben tirarse, sino que pueden reutilizarse o reciclarse.

Beneficios educativos de reciclar recursos
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Estos llaveros, parte de la gama de productos ecológicos de Kokkiri Gongjang, se fabricaron con escamas de plástico procedente de plásticos reprocesados.
© Elephant Factory

Los niños que visitan Kokkiri Gongjang también pueden donar juguetes viejos. Convertirse en donantes les hace sentirse orgullosos de haber hecho algo bueno, sentimiento que mejora al saber que a cambio pueden llevarse a casa uno de los juguetes reparados o desinfectados por Kokkiri Gongjang. Compartir los juguetes que no se usan con los necesitados, en vez de tirarlos o abandonarlos, sin duda enseña a los niños una valiosa lección. Así, la experiencia de Kokkiri Gongjang crea conciencia sobre la importancia de proteger el medio ambiente, conservar la energía y cuidar a los niños de familias desfavorecidas.

Yoo Da-mi Editora

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